Las células en su lengua parecen tener la capacidad de oler.
Los investigadores ya sabían que el olor y el gusto están profundamente interrelacionados en el cerebro, y que el olor proporciona la mayor parte de la información compleja asociada con el sabor. Pero un nuevo artículo, publicado en línea el martes (24 de abril) en la revista Chemical Senses, muestra que los dos sentidos también parecen vinculados en la superficie de la lengua.
Investigadores del Monell Chemical Senses Center, una institución de investigación sin fines de lucro en Filadelfia, cultivaron células de sabor humano en un laboratorio. Esas células contenían varias moléculas importantes que ya se encuentran en las células olfativas, las células que se encuentran en las fosas nasales que son responsables de detectar los olores. Y cuando expusieron las células gustativas a las moléculas de olor, las células respondieron como lo hacen las células olfativas.
Esta es la primera demostración de sensores olfativos en las células gustativas humanas, aunque se han encontrado en otras partes del cuerpo (incluso en el intestino, las células de esperma e incluso el cabello).
"La presencia de receptores olfativos y receptores del gusto en la misma célula nos brindará oportunidades emocionantes para estudiar las interacciones entre los olores y los estímulos gustativos en la lengua", dijo Mehmet Hakan Ozdener, autor principal del estudio, en un comunicado.
El hallazgo sugiere que las células gustativas humanas podrían ser más complicadas de lo que los científicos pensaban anteriormente. El sabor es un sentido bastante directo, que clasifica los productos químicos en al menos cinco categorías: dulce, salado, agrio, amargo y umami (salado). Los científicos pensaron que esas categorías simples de gustos solo se integraron con el olfato (junto con la información de otros sentidos) en el cerebro. Pero ahora los científicos saben que la mezcla puede ocurrir antes de que la información sensorial llegue al cerebro.